EMOCIONES

“Las emociones son la esencia de la vida (…) Solo podemos conocernos a nosotros mismos a través de lo que sentimos y de las emociones subyacentes” E. Blay

DINÁMICAS

¿CÓMO GESTIONAR EL MIEDO?


Todos niños y mayores sentimos miedo alguna vez. Y aunque es una emoción desagradable nos informa de un peligro para nosotros, un peligro que en algunas ocasiones es real y en otras no es real.
Entre los 3 y los 6 años se da una etapa de miedos, que tienen que ver con la necesidad de sentirse seguros.
Muchos niños a esta edad tienen miedo a dormir solos, a la oscuridad, a algún personaje de las películas de dibujos animados, a estar solos en una habitación de la casa, al Ratoncito Pérez o a los Reyes Magos; todos esos miedos hacen referencia a su necesidad de sentirse seguros.
¿Cómo podemos ayudar a nuestros niños, o cómo podemos a nosotros mismos a gestionar nuestros miedos?
Primeramente decir a qué tengo miedo, y concretar lo máximo posible ese miedo, y ver si es un miedo real o es un miedo imaginario. Os pongo un ejemplo para que quede más claro.
En mi clase de 5 años una niña dice en la asamblea que no quiere que se le caigan más dientes, cuando le pregunto el ¿por qué? contesta:
-"Me da miedo el Ratoncito Pérez"
-¿Qué te da miedo del Ratoncito Pérez?
-Que me puede hacer algo
-¿Qué te puede hacer el Ratoncito Pérez?
-Me puede comer
¿Qué te puede comer?
-No sé, la cara
-¿Qué parte de la cara te puede comer?
-No sé, una oreja, porque esta en la almohada
-¿Qué oreja?
-(Entre risas) ninguna
-¿Ninguna? Acabas de decir que tienes miedo que el Ratoncito Pérez te coma una oreja.
-Si, pero me acabo de dar cuenta que el Ratoncito Pérez es muy pequeñito y no puede comerme mi oreja, no puede mordela, (se empieza a reir)

Como veis, fui afinando cada vez más a qué tenía miedo, hasta que ella misma se dio cuenta que el Ratoncito Pérez no podía comerle una oreja.
En este caso es un miedo imaginario, propio de los niños de esta edad. Los adultos también tenemos miedos imaginarios, y miedos reales, que si seguimos este proceso podemos ser capaces de saber concretamente a qué tenemos miedo y cómo enfrentarnos a él si es lo que hemos decidido, o aceptarlo si no queremos enfrentarnos a él.
Hay un cuento muy bonito de Begoña Ibarrola "¿Cuánto cuesta el valor? es para niños, pero los adultos también podemos sacar mucha enseñanza de él, os lo recomiendo.


Un saludo






¿Qué necesita tu tristeza?


La tristeza es una emoción básica que nos informa de la pérdida de algo o de alguien con el que hemos establecido un vínculo afectivo.
Los adultos por experiencias de la vida hemos sentido esa emoción y sabemos lo que ella conlleva, primero hemos de aceptar que lo que hemos perdido no regresará, y después poco a poco iremos reorganizando nuestra vida. El proceso de duelo es necesario y cada persona necesita su tiempo y su espacio para gestionarlo.
Los niños también tienen sentimientos de tristeza, algunos por pérdidas irrecuperables y otros porque sienten que pierden parte del vínculo  emocional que han establecido con sus padres o familiares.
Si vemos a un adulto triste, le acompañamos en su tristeza y le brindamos nuestro apoyo para que  la gestione y le acompañamos en su proceso de duelo.
Pero ¿qué nos pasa a los adultos cuando vemos a un niño triste? parece que se nos parte el alma, no podemos ver a un niño triste y enseguida le decimos: “No estés triste” ¿Creéis que así siente que le estamos entendiendo? Yo creo que no.  Es necesario por tanto que les brindemos a los niños espacios en el aula en donde puedan expresar su tristeza y digan que necesitan.
En mi aula de 5 años después de narrar el cuento de Margarita (Ed. SM) (en el que Margarita se siente muy triste porque su padre no entiende lo que significa quererle como la sal, y le dice que ya no es su hija). Trabajé con mis alumnos la tristeza ¿Cuándo te sientes tú triste? ¿Qué necesita tu tristeza?
En la mayor parte de los casos el sentimiento de tristeza está relacionado con la sensación de pérdida del vínculo afectivo con la madre o con los hermanos, en otros casos la emoción aparece cuando se sienten solos y se tienen que enfrentar a algo nuevo y  en otros casos ante la muerte de una mascota o la perdida irrecuperable de su objeto de seguridad.
Nosotros adultos, somos el modelo que siguen nuestros hijos y nuestros alumnos, por lo tanto es importante que cuando nos sentimos tristes les expliquemos el por qué y vean cómo nosotros gestionamos nuestra tristeza, solo así ellos aprenderán también a aceptarla y a gestionarla.

Aquí os pongo algunos ejemplos que ellos realizaron a través de sus dibujos.






Transforma tus miedos con tu imaginación


Hoy en mi clase de 5 años hemos leído el cuento de Juan Sin Miedo, una versión de la editorial Edelvives; en la que Juan va transformando las cosas que nos suelen dar miedo, en cosas que no nos lo dan. Una bruja en una abuela, un fantasma en un mantel, un león en un tierno gatito.
Después de leer el cuento les he pedido a mis alumnos que dibujaran algo que les diera miedo, y que por detrás usando su gran imaginación lo transformaran en algo que no les diera miedo. Muchos de los miedos y de las transformaciones se han repetido. Ha quedado más o menos así:
MIEDO A
TRANSFORMACIÓN
Fuego
En un vestido con los colores del fuego
Oscuridad
En una abuela
Fantasma
En una manta para la cama
Araña
En una mariquita
Araña
En una hormiga
Vampiro
En un hada buena
Vampiro
En una bata para estar en casa
León
En un gatito

Ha sido curiosa la reacción del niño que tenía miedo a la oscuridad, ha dicho “Que bien, esta noche cuando esté en mi habitación y venga la oscuridad, le diré que tal abuelita, vienes conmigo a dormir”
Es importante dedicarle tiempo en el aula a que nuestros alumnos expresen sus miedos, en ocasiones algunos niños dicen no tener miedo a nada, pues consideran que el reconocer que tienen miedo a algo es de cobardes. Yo les digo que el cobarde es que no reconoce que tiene miedo a algo. 


No es la primera vez que realizo esta actividad, hasta hoy no han sido capaces de expresar sus miedos, aunque algunos han preferido “copiar” el miedo de su vecino de mesa, todavía sienten mucho miedo hacia algo o alguien que les cuesta aceptar. Seguiré trabajando en ello, ya que solo cuando somos capaces de aceptar que sentimos miedo, podemos decidir si nos enfrentamos a ello o no.

No hay comentarios: